Repensando las habilidades blandas: El pilar fundamental para los equipos de trabajo
Nos referimos a “habilidades blandas” a aquellas capacidades interpersonales, emocionales y cognitivas, que complementan aquellas habilidades más “duras” que incluyen conocimientos técnicos, capacidades de cada trabajo o habilidades especiales como hablar distintos idiomas, manejar un software o ser un experto en un área.
Durante años, estas habilidades se consideraron secundarias y más fáciles de aprender, de ahí su calificativo de «blandas». Sin embargo, un creciente cuerpo de investigación, como el informe de LinkedIn Global Talent Trends, muestra que el 92% de los líderes consideran que las habilidades blandas son igual o más importantes que las duras. Esto se debe a que son esenciales para garantizar una buena experiencia laboral y un entorno colaborativo en las organizaciones.
Habilidades como la empatía, la comunicación efectiva y la adaptabilidad promueven el aprendizaje y el trabajo en equipo, pero, ¿son realmente «blandas»? Desarrollar empatía, gestionar conflictos o ser un líder que inspire no es simple ni fácil. Estas habilidades requieren autoconocimiento, práctica y un esfuerzo continuo en el desarrollo personal/profesional. De acuerdo a un estudio de McKinsey & Company, el 30% de las organizaciones encuestadas identificaron la comunicación efectiva y la colaboración como las habilidades más críticas para enfrentar los desafíos actuales del mercado.
Por eso, algunos proponen redefinirlas como habilidades esenciales o habilidades complejas, ya que son cruciales para el desempeño y bienestar de los equipos. Invertir en el desarrollo de habilidades blandas es, en realidad, una inversión en el potencial de los equipos y en la cultura de la organización. Según estudios de Deloitte, las organizaciones que las priorizan reportan un aumento significativo en la productividad y la retención del talento.
En un entorno laboral cada vez más dinámico, ¿cómo estás impulsando el desarrollo de estas habilidades en tu equipo? ¿Crees que deberíamos cambiar el término «habilidades blandas» para reflejar mejor su importancia?