El tan mal mirado rol
En los procesos de búsquedas de talento, hemos escuchado a menudo experiencias mixtas: clientes que expresan desconfianza, insatisfacción con ciertas prácticas del mercado o incluso no creer en que un consultor externo pueda lograr el match perfecto con la organización. Y sí, es cierto que en nuestra industria, como en cualquier otra, existen errores y áreas de mejora. Sin embargo, cuando decimos que nos queremos diferenciar, lo hacemos de manera genuina, y nuestros clientes lo reconocen y valoran. ¿Por qué? Te lo cuento en pocas palabras: como siempre digo, no se trata de inventar la rueda, sino de observar lo que ya existe y agregar el ingrediente más importante: amor y pasión a lo que hacemos en base de generar procesos humanos y cuidados. Puede sonar cursi, pero no lo es. Cuando ponemos nuestro corazón al servicio de lo que nos apasiona, las cosas se facilitan, se abren nuevos caminos, surgen conversaciones, y llegamos a las personas adecuadas.
Durante estos tres años trabajando en este rol, que inicialmente pensé que sería el lado más ingrato del área de personas, he descubierto que, en realidad, nuestro trabajo es el núcleo de toda organización. Lo que hacemos aquí define el éxito futuro, tanto para el negocio como para quienes se unen a él. Siempre he dicho a los equipos de selección con los que he trabajado: “Lo que selección no hace, capacitación no lo arregla”.
¿Qué nos guía en la búsqueda del match perfecto?
- Más allá del fit técnico: Por supuesto, buscamos candidatos con las competencias necesarias para desempeñar el cargo, pero eso es solo el punto de partida. Lo que realmente marca la diferencia es el fit humano y cultural:
- ¿Hará match con el manager directo?
- ¿Encajará en la cultura, propósito y valores de la organización?
- ¿Será alguien que no solo se integre, sino que también contribuya al equipo?
- La importancia del ciclo de vida del candidato:
Cada persona vive diferentes momentos en su vida, y esas etapas influyen directamente en sus decisiones laborales:- ¿Está comenzando su carrera y busca crecer rápidamente?
- ¿Está equilibrando el trabajo con la vida familiar?
- ¿Se encuentra en una etapa más reflexiva, buscando propósito?
Reconocer estas realidades nos permite identificar no solo al mejor candidato, sino también el momento adecuado para cada oportunidad.
- Ser buena persona importa (y mucho):
Buscamos líderes y colaboradores que compartan valores como la empatía, la colaboración y la amabilidad. Porque el talento técnico puede aprenderse, pero los principios éticos y humanos son el verdadero pilar de cualquier equipo exitoso.
Tips para elegir bien:
- Conoce al manager: Antes de buscar al candidato ideal, entendemos profundamente al líder con quien trabajará. Un buen manager puede potenciar o limitar el éxito del nuevo colaborador.
- Escucha la historia del candidato: Sus aspiraciones, experiencias y desafíos nos hablan más que cualquier CV.
- Valora la cultura: No todo talento brillante encaja en cualquier organización. Asegúrate de que los valores estén alineados.
- Busca potencial, no solo experiencia: Las ganas de aprender y crecer muchas veces son más valiosas que años de trayectoria.
Elegir a las personas indicadas, en el momento adecuado, es crucial tanto para el que contrata como para el nuevo colaborador. Cada persona atraviesa diferentes momentos en su vida, y hay momentos en los que está más dispuesta a enfrentar ciertos desafíos, y otros en los que no. Por eso, hablo constantemente de la importancia de entender el “ciclo vital” de cada candidato. No es lo mismo estar recién titulado, con todo un futuro por delante, que estar formando una familia, enfrentando la pérdida de un ser querido, o acercándose a la jubilación. Cada etapa de la vida tiene sus propios acentos, y debemos ser conscientes de ello como parte del ciclo natural de cada individuo.
Seleccionar talento no es un acto mecánico, es un arte. Se trata de combinar habilidades, momentos de vida, y propósito para construir relaciones laborales que realmente funcionen. ¿Cómo lo hacemos? Con empatía, humildad, humanidad y una búsqueda constante de ese match perfecto. Porque al final del día, no se trata solo de cubrir un cargo, sino de transformar equipos y vidas.